martes, 25 de junio de 2024

CUARTA SEMANA DE JUNIO DE 2024

 

Imagen de Sammy-Sander en Pixabay
Esta semana, la actividad ha sido un poco diferente. Será una versión corta de "Escoge tu propio final", inspirada en la imagen sugerida por Arturo Martínez Molina.
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DUDA RAZONABLE

Por Arturo Martínez Molina

Soy Henry, un agente de contraespionaje americano, con la misión de anular a un espía ruso. No me facilitaron más datos que su dirección, así que desconocía su género o nombre. Soy un hombre corpulento, cabello negro y me dejo bigote junto a una pequeña barba.


Cuando llego a la vivienda, se convirtió en una fuerte lluvia, las gotas que empezaron a caer al coger mi coche. Bajo del mismo, y cojo la llave en la recepción de un hotel cercano. La habitación a la que subo, daba frente a mi objetivo, así que podría vigilarlo y planear el momento oportuno de intervenir.

Nunca pude verlo del todo bien, al no acercarse a las ventanas, solo su sombra. Era evidente que era un profesional, y debería de andarme con cuidado al aproximarme a la casa unifamiliar.

Teletrabajaba en su propio hogar, lo que me complicaría el sorprenderlo. Me costó un mes tener un esquema de su rutina, sin eso, ni me planteaba el acercarme a eliminarlo.


La fecha escogida fue en la que sabía que salía a comprar, y así podría esperarlo en el interior sin mayores riesgos. Una hora antes, bajo a pagar la cuenta de mi habitación y, me preparo para pasar a la acción. Me invadió la misma sensación que siempre me venía en esas ocasiones, se me acelero el corazón, en respuesta a esos inevitables nervios que empezaban a erizar mi piel.

Comenzó a diluviar al salir del hotel, aunque llevaba un impermeable que me protegía y, preveía estar poco tiempo bajo la misma.

La casa contaba con muy buenas medidas de seguridad, aunque, mis habilidades eran mejores para neutralizarlas. Por lo que no me costó atravesar el jardín ya armado con mi pistola, en previsión de que no viviera solo mi objetivo. Desactive las del exterior, al ver que no había nadie más y, las volví a activar al entrar en la vivienda. Dentro, configure el sistema para que pareciera estar operativo, sin estarlo en realidad.

  • ¡Perfecto! Ahora solo me resta esperarlo en un lugar estratégico y eliminarlo sin correr riesgos comento complacido.

Enrosco el silenciador en mi arma, y me siento en un sofá del salón, que coloco en un lugar desde el que controlaba ambas entradas a la vivienda. A la hora prevista, escucho que utilizan la llave y al abrirse la puerta, apunte con mi arma a la persona que me miro perpleja.

  • ¿Qué haces aquí, Henry? interpelo sorprendida.

Se trataba de Dusica, una bella colaboradora rusa, con la que trabajé en el pasado. En ese breve momento en que nos reconocimos, se armó con su arma y, me apuntaba con ella.

  • No es lo que te hayan podido decir, Henry. Es una misión conjunta de ambos servicios de espionaje, el tuyo y el mío, sigues las órdenes de un corrupto me dijo desesperada.

Era más rápido, y mejor que ella, por lo que no me suponía una gran amenaza. Aunque, no sabía si dar crédito a alguien en quien confié en el pasado, o a las órdenes recibidas.

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Ahora, como lector, podrá escoger el final que le agrade más, de entre los que les ofrecemos.

-CONFÍA EN SU PALABRA CON RESERVAS Por Arturo Martínez Molina

-UN SUEÑO RECURRENTE Por Anniabel Martínez Gómez

-QUIERES ACABAR CON ELLA Por María Rosa Hernando Fernández


CONFÍA EN SU PALABRA CON RESERVAS

Por Arturo Martínez Molina

Las dudas corroen mi interior, al no creerla capaz de lo que mis informes dicen y, termino por considerarla merecedora de explicarse. Saco unas esposas de mi bolsillo, y se las lanzo.

  • Póntelas y hablaremos al respecto, la otra alternativa, es intentar matarnos le digo.

La mujer observa, de reojo, la opción que le ofrezco con reticencia. Implicaba el quedar a mi merced, pero, tampoco le apetecía, comprobar mi mayor experiencia.

  • De acuerdo, tú ganas. Tiraré mi arma y me esposaré expuso al dejarla caer al suelo.

Intento ponérselas al frente, y la interrumpí, al querer cerrarla en su segunda muñeca.


  • Las manos a la espalda, si no te importa le indico.

Dusica no se opuso y obedeció, con cierta reticencia en su rostro.

  • Siento tener que tomar mis precauciones. Pese a que trabajamos juntos en el pasado, no sé si ahora puedo confiar en ti me excuso.

  • Lo entiendo, y agradezco que me des una oportunidad de explicarme replico.

Solo, entonces, guardo mi arma, y le indico que se acercara.

  • Enséñame lo que estabas haciendo le pido al estar a mi lado.

  • Todos los datos están en el ordenador, vamos a examinarlos explico.

Introduzco la clave y contraseña que me indico, en efecto, era como había dicho. Mi jefe, se mezclo en asuntos turbios y, hubiera asesinado a una inocente.

  • Perdona que dudase de tu lealtad, pero debía de estar del todo seguro comento disgustado.

  • No pasa nada, y me alegro de que me dieras la oportunidad de exponerte las pruebas de mi inocencia. Ahora quítame estos grilletes, si no te importa.

La despojo de ellos, y planeamos el modo de fingir su muerte, para engañar al corrupto de mi superior.


Un mes después, esa información se cobro su puesto y fue detenido al instante, y nos observo enfurecido al vernos a ambos compinchados a la hora de llevárselo la policía.

FIN

ES UN SUEÑO RECURRENTE

Por Anniabel Martínez Gómez

Henry tomó la pistola y la puso sobre la cabeza de Dusica, la presionó contra el piso. Sus manos no temblaron, en cambio, el sudor, empapaba su frente. El sonido del disparo lo despertó, como cada noche, donde venía a él ese sueño recurrente. Sonó la alarma de la mañana, mientras el guardia gritaba por las celdas, golpeando los barrotes con la porra.

  • Vamos holgazanes, los quiero en cinco minutos en el patio.

Llegó frente a la celda de Henry, lo miró con desprecio pero con cierto respeto.

  • Tú -le dijo señalándolo- vamos, el jefe te espera en la oficina.

Los grilletes bien apretados, la frialdad de los pasillos, rejas tras rejas, cámaras de vigilancia; una prisión de alta seguridad. Finalmente, llegó a la oficina del director. El hombre de traje y corbata barata, con una sonrisa falsa, lo invitó a sentarse.

  • Siéntate Henry -déjanos solos- dijo mirando al guardia que titubeó un poco antes de obedecer la orden- ¿Cómo has estado? ¿Te han tratado bien? -ante el silencio inquietante prosiguió.- Bueno, te he traído aquí porque tienes una nueva misión, es cuestión de seguridad nacional - dijo en tono más serio- A ver si ahora no te da por hacerte el héroe, no olvides, que los jefes son los jefes, y tú siempre vas a ser un peón. Has esto bien para que borres la chapuza de la última misión y salgas limpio.

Para Henry haber entregado las pruebas a la policía y no a sus superiores no había sido su error. En cambio, matar a la única mujer por la que había sentido algún sentido parecido al amor, lo iba a torturar por el resto de su vida.

FIN

QUIERES ACABAR CON ELLA

Por María Rosa Hernando Fernández

El instinto se apoderó de mí. En un rápido movimiento me abalancé sobre Dusica, inmovilizándola.

La sangre ardía en mis venas, hubiera sido sencillo acabar con ella en ese preciso instante, pero un hilito de voz, salió de entre su aprisionada garganta.

  • Henry, Henry, por favor. Piensa un poco -pudo decir.

  • ¿En qué quieres que piense? Debo matarte.

  • En nosotros -soltó.

Fue decir esa palabra, y mi mente retrocedió en el tiempo. Trabajábamos juntos en una importante misión de rescate, en la que estuvimos a punto de morir los dos. Nos emboscaron y nos atraparon. Y si no hubiera sido por la belleza de Dusica, y la gran interpretación que desplegó en aquel momento, yo estaría comido por los gusanos.

Recuerdo como me llevó a su refugio y cuidó de mí. Curó mis heridas y mi corazón. Fue un amor repentino e intenso del que aún sigo hipnotizado.

  • Henry, te lo pido, déjame que te explique de qué va todo esto. Es una trampa. Se enteraron de nuestro romance. Quieren acabar con nosotros, hemos de salir de aquí cuanto antes. No tardarán en llegar Henry.

  • ¿Qué tiene que ver lo nuestro con todo esto? -pregunté soltando ligeramente su cuello.

  • Es una venganza por no estar dispuesta a seguir la proposición de mi jefe. Está enamorado de mí. Cuando me negué, entró en cólera, y sus palabras fueron algo así como que "jamás volverás con él". Montó este dispositivo para hacerte llegar a mí. Lo he descubierto todo. Créeme Henry, va a por nosotros.

Me encontraba en un momento delicado. Conocía el gran don de Dusica para la interpretación, y podía estar siendo víctima de sus manipulaciones. Pero, por otro lado, amaba a aquella mujer y en el fondo me estaba proporcionando la excusa perfecta para no matarla... no quería matarla, más bien, deseaba atraparla entre mis brazos.

Ganó mi corazón, y salimos del apartamento, dispuestos a empezar una nueva vida lejos de todo aquello.

FIN





3 comentarios:

  1. Dos finales buenos, cada uno con su intriga particular. Felicidades.

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  2. ¿Dos? De momento, solo está mi final.
    Aun así, gracias. Mis compañeros, ya irán aportando los suyos.

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    Respuestas
    1. Perdón tienes toda la razón , al ver al menos me salen en el móvil una líneas discontinuas, pensé que había dos, ya se me hacía raro algo, disculpas lo importante es el texto que es perfecto.

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CUARTA SEMANA DE JUNIO DE 2024

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