miércoles, 4 de septiembre de 2024

PRIMERA SEMANA DE SEPTIEMBRE DE 2024

 

Tras un paro inesperado al tener todos nuestras cosas y, tardar en retomar la actividad. Aqui estamos de nuevo, con esta frase que ha sugerido María Rosa Hernando Fernández.

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EL TESORO DE UNA SONRISA.

De M.ª Rosa Hernando

De repente, el recuerdo de mi abuelo, llegó a mí. Por aquel entonces tan solo era un infante,

arropado entre sus brazos y orgulloso de su cálida y reconfortante compañía.

Habían pasado muchos años, pero en mi memoria, siempre sonreía, siempre agradecía… siempre

mantenía ese semblante de felicidad. No importaban dificultades o dramas, no necesitaba de

alabanzas ni lisonjas. Él, perpetuo enamorado de la vida, me obsequió con un gran tesoro, las

palabras de un alma sabia.

- Se agradecido con todo cuanto te ocurra. - Me aconsejaba.

- ¿Aunque sean cosas malas? -le interrogaba con la candidez de la inocencia.

- Aunque sean malísimas. ¿Crees que te serviría de algo, luchar contra lo que ya ha ocurrido y que no puedes cambiar? -respondió con otra pregunta.

- Pero abuelo, ¿cómo se puede agradecer algo malo? -pregunté confuso.

- Mi querido niño. Aún eres pequeño para entenderlo. La vida todavía es dulce para ti. Pero con él

tiempo te darás cuenta de que, en tu camino, quieras o no, deberás luchar contra ti mismo. Solo tú

tenacidad, logrará superar la desesperanza que sin duda te atacará en cuanto tenga ocasión. -decía.

- ¿Y cómo podré hacer eso? -seguí preguntando.

- Creyendo en ti mismo, en tu fuerza interior, en tu valor. Sabiendo que nada ni nadie, podrá romper

tu esperanza. Comprendiendo que la vida es tu mayor tesoro, y que jamás existirá la oscuridad en

ella. Recuérdalo siempre. Cada vez que superes una barrera que te parezca imposible, tu interior se

fortalecerá. Así es la vida pequeño, una escuela, la que te enseñará con sus lecciones, o la que te

hundirá en las tinieblas si te dejas llevar por su dureza. Y si no, ¿cuál crees que es mi secreto?

Sonríe siempre querido nieto, la sonrisa es la mejor arma para luchar contra las sombras.

Aquella mañana, abatido, triste y desolado, me enfrentaba a la mas dura de las pruebas de mi vida.

Y recordando las palabras de mi querido abuelo, sonreí fuerte, muy fuerte, aunque mi alma lloraba

con una intensidad desgarradora.

- ¿Cómo puedes sonreír en un momento como este? Tu hija acaba de morir en tus brazos -me dijo

alguien.

- Porque estoy acunando en mi corazón cada uno de los momentos felices que he vivido con ella.

Porque me niego a guardar este último instante en mi memoria, y porque ante todo, merece mi

felicidad y sentir el gran amor que siento por ella. Si el llanto se apodera de mí, nada de todo esto

sobreviviría en mi interior, estaría abriendo la puerta a la oscuridad. Así me lo enseñó mi abuelo, y

he de ser fiel a lo que yo mismo inculqué a mi propia hija.

Las tinieblas nunca me atraparon. Lo intentaron una y otra vez. Pero los consejos del abuelo, fueron

el tesoro que ayudó a encaminar mis pasos.

Una sonrisa, constante, eterna… pase lo que pase

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“Golpe de suerte”

Por Anniabel Martínez Gómez

Debo decir antes que todo, no creo en las casualidades, en eso tiene mucha razón la filosofía cuando dice que siempre hay algo de causalidad en lo que sucede, a veces más o tras menos. Que yo estuviese ahí justo en ese momento, no fue casualidad meramente; algo de culpa la tuvo la luna llena. Ya sé que están pensando, es seguro una historia de hombres lobos o vampiros, pues no, están equivocados. Antes de contarles lo que sucedió, les voy a decir la causa de mi presencia en ese lugar a altas horas de la noche. Resulta que llevo una racha de tremenda, primero, se me torció un pie justo el día de mi competencia (yo soy ciclista profesional), luego un carro atropelló a mi gato, que enamorado, le dio por irse detrás de una gata flaca y, finalmente, me dejó mi novia (que fuera flaca también si es pura casualidad). Después de todas mis desdichas una detrás de la otra decidí hacer caso de la sabiduría popular; fui a un espiritista. “Tú ta salao, tú necesita endulzar tu vida, tú tiene que ponerle a Ochún un jarro de miel de abeja con un ramo de flores amarillas debajo de una ceiba en la próxima luna llena”. Y ahí estoy, en el lugar de los hechos, tratando de mejorar mi suerte o mejor dicho mi mala suerte. Pasó entonces que estando al pie de la ceiba oí voces en la oscuridad. Apagué el celular para no ser visto y vi como tres bultos se acercaban.

-Dale, coge la soga y pónsela en el cuello.

-Hazlo tú, que fuiste el de la idea de ahorcarlo.

-Dale coño, no seas cobarde acere.

- Te dije que no, yo vine a ayudarte, no soy un asesino.

-No me vengas con eso acere, tanta culpa tiene el que mata la vaca como el que le aguanta la pata. Este no se merece vivir.

-Si, es verdad, pero en el mundo hay una pila de personas que no lo merecen, y por eso no vas a ir matando a la gente, eso lo decide la justicia.

-Acere, hazme el favor y déjate de discursos, que coño me importa a mi la gente del mundo, a mi me importa el descarado este.

Fue entonces cuando me llamó mi exnovia flaca, y mi suerte empezó a cambiar. Resulta que no traían mas sogas, así que me propinaron un golpe en la cabeza dejándome sin conocimiento. Me encontraron en la mañana al pie de la ceiba y sin cadáver por todo aquello. Hoy tengo un perro salchicha y una bici nueva. Mi tobillo totalmente recuperado. Gané las competencias nacionales y voy para las internacionales en unos meses. Y volví con mi novia flaca.

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RECUERDOS

Por Arturo Martínez Molina

La suave brisa de la noche de verano, roza mi piel, aliviando en parte mi pesar. Se trata de un cálido aire que se eleva en la atmosfera.

Observo las nubes en el cielo, que dejan entrever las estrellas de firmamento. No eran las mismas que las de nuestros antepasados en la Tierra. Un planeta ahora frío e inhabitable por las acciones de sus armas atómicas. Nosotros éramos unos niños cuando nos embarcaron en los cruceros estelares con destino a Alpha Centauri B, algunos no recordaban a sus padres y otros los perdieron aquel fatídico dia. Yo era del segundo grupo, criado por adultos a los que me vi obligado a respetar y nos educaron en el cuidado por el medio ambiente de nuestro nuevo hogar.

Muy poco recuerdo de lo que dejamos atrás, todos éramos menores de diez años al embarcarnos en los vehículos espaciales. Sin que admitieran excusa alguna, nos metieron en las cápsulas de hibernación a la fuerza y, partimos dejando atrás un mundo que se autodestruía al contaminarse con la radiación de las bombas de fisión.

Las grabaciones de las naves alejándose de la Tierra, estaban a disposición de todos. Aunque casi nadie las veía por propia voluntad, solo cuando nos las ofrecían como visión obligatoria en los actos públicos.


Nadie tenía muy claro el porqué no embarcaron a nuestros progenitores, de hecho, algunos, barajaban la posibilidad de que eran un grupo ecologista radical y nos hubieran secuestrado. Aunque, ya fuera por su acción o la desorganización reinante en aquel caos... Ninguna nave más dejo la órbita y nos siguió, el resto de nuestra especie pereció a causa de las detonaciones o del invierno nuclear que paso a cubrir el anterior planeta azul.

Ahora tras cerca de quince años habitando en ese nuevo hogar, nos hemos acostumbrado y aprendimos a colaborar entre todos para subsistir en los que al principio fue un duro entorno.

Muy pocos de nosotros aun recordábamos los rostros de nuestros padres, cosa que se nos instaba a reprimir por parte de los que nos gobernaban. Por lo que solo podíamos rememorarlos en solitario, sin evidenciarlo ante los demás. Se nos decía que debíamos desligarnos del pasado, que fue un cáncer para nuestra especie.

Alce mi espalda del suelo y, me deleite contemplando el suave balanceo de las flores por la calurosa brisa estival. Mis pensamientos se fundieron con el mismo, imaginando que era igual de libre para poder compartir mis dudas y no tener que acallarlas por prudencia, mientras creía volar en esa corriente, al elevarme entre las nubes y estar más próximo a la estrella llamada «Sol».

El sonido de la puerta al abrirse, me devolvió a la tierra. Mi pareja había vuelto del trabajo y volví a guardar en mi interior esos recuerdos. Le inquietaban y, al ser algunos años menor a mí al criogenizarla, carecía de ellos.

¿Cómo debe ser el haberlos olvidado y no cuestionarse cuanto nos dicen? ... Me planteé al ponerme en pie.

Mi bella esposa pasó al jardín y nos abrazamos con fuerza. Para terminar con un beso que me hizo comprender que debía disfrutar del presente y, no pensar tanto en lo que dejamos en aquel planeta muerto.

FIN

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Dichoso el que olvida

Celso Santana Flores

Matias se sentó sobre el pasto de la ladera. Había recorrido muchos kilómetros por mucho

tiempo.

A sus veintinueve años, él sentía su alma un tanto envejecida.

"Y hacia dónde va usted, joven?"

"Hacia allá, solo hacia allá"

Las personas se quedaban un tanto desconcertadas con sus respuestas, pero eso no era

todo. Él mismo se veia sorprendido de no tener un destino.

Ya no importaba.

Si había salido hace años en busca de su amor, o de fortuna tal vez. Si de su pasión o de

un hambre de aventura, ya no lo sabía.

Pero sabía una cosa: era dichoso de realizar su viaje.

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El caminante

Por Nelson Pérez

Cuentan los que lo vieron, que ese día el caminante sin nombre se adentró en los bosques

antiguos de Lothlórien.

El tiempo parecía detenerse bajo sus pies, y los recuerdos de los motivos de aquel viaje que

había emprendido durante siglos se desvanecieron como niebla ante el sol. Hace tiempo había

partido con una misión en su mente, un propósito claro que guiaba sus pasos; sin embargo, al

cruzar los umbrales de aquellos bosques encantados, las razones de su travesía comenzaron a

perderse entre los susurros de las hojas y el murmullo de los arroyos.

Se detuvo en un claro, donde el sol filtraba su luz dorada a través del follaje, y dibujaba

sombras que danzaban sobre el suelo. Allí, bajo el esplendor del cielo azul, una flor solitaria

crecía, su fragancia llenaba el aire con una dulzura que embriagaba los sentidos. El viajero,

que alguna vez había tenido el corazón inquieto, sintió cómo su alma se liberaba del peso de

sus preocupaciones, atrapada en la belleza sencilla de aquel instante.

Los días pasaron, o tal vez solo fueron horas, mientras él permanecía en el claro, olvidando el

motivo que lo había llevado hasta allí. No había urgencia en su corazón, no había anhelo por

lo que había dejado atrás o por lo que estaba por delante. Su espíritu se unió a la armonía del

lugar, encontrando paz en la contemplación de la naturaleza, en el calor del sol, en la

perfección de la flor, y en la inmensidad del cielo que se extendía más allá de su vista.

Bienaventurado era, pues, aquel que había dejado de lado su misión, permitiendo que su alma

se fundiera con la serenidad del bosque. En ese rincón apartado de la Tierra Media, donde el

tiempo y el propósito se desdibujaron ante sus ojos, él halló su verdadero destino: ser uno con

el mundo que lo rodeaba, en un olvido bendito que transformaba cada momento en eternidad.

Nelson Pérez, El Salvado

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Estos son todos por esta semana, espero que os hayan gustado.


jueves, 4 de julio de 2024

PRIMERA SEMANA DE JULIO DE 2024


 Esta semana, repetimos la actividad. Será una versión corta de "Escoge tu propio final", inspirada en la imagen sugerida por Anniabel Martínez Gómez.

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"Lunático"

Anniabel Martínez Gómez

Dicen, que cuando yo nací hubo un eclipse de Luna, y por, eso salí "lunático". Al principio no entendía muy bien que querían decir , pero después comencé a comprender que se debía a mi forma un poco distraída de ser. Mi tío siempre decía<<lunático ni lunático, este es retrasado>>. Un día de mayo amaneció ahorcado, no sentí lástima, más bien satisfacción, un pesado menos en la familia, pensé.

Sin embargo, mis resultados en la escuela sorprendieron a todos, como si esperaran otra cosa por ser "lunático". Cayó como una bofetada sobre la cara de tontos que pusieron , al ver el sobresaliente en las asignaturas. Creo que estuve un mes sonriendo por los rincones recordando esos estúpidos rostros. Por las noches imaginaba historias hasta que me llegara el sueño. En casi todas yo era el protagonista de una invasión alienígena, que devoraba a todos los de sangre caliente, pero a mí no, yo era un ser superior. Me coronaban en el nuevo reinado de hombres de sangre fría y extraterrestres.

Pablo era un insoportable del aula, de esos que imaginas debajo de un auto, donde ya no puede burlarse de los demás. Yo sabía que si me seguía molestando ese sería su lugar, y así fue. Bastó un traspié con algo de ayuda para que su distracción le provocase un trágico final.

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Ahora, como lector, podrá escoger el final que le agrade más, de entre los que les ofrecemos.

-Va a la universidad

-Sigue asesinando

VA A LA UNIVERSIDAD

Por Anniabel Martínez Gómez

Finalmente, llegué a la universidad; el primero de esa familia de tontos. Me gradué de ingeniero eléctrico. Mi sueño es construir un equipo que domine a todas las mentes del mundo, entonces con ayuda o no de los extraterrestres seré el rey de la miserable raza humana.

FIN

Sigues asesinando

Por Arturo Martínez Molina

Ese asesinato me produjo un placer inesperado. Lo que me llevó a repetirlo a intervalos regulares, para obtener la misma sensación.

El tener que estar en constante movimiento, me obligo a emplearme en trabajos inferiores a mi capacidad intelectual. Pero era parte de mi plan... ¡Nadie tenía en cuenta a esas personas como sospechosos de unos crímenes tan perfectos!

Nunca me pilló la policía por sus propias pesquisas, lo hicieron cuando llegue a la edad de jubilación y, porque les dejé pistas evidentes para atraparme.

Ahora espero en el corredor de la muerte, la hora en que me llevaran a la silla eléctrica. Será una liberación y me evitará el penoso trago de la vejez.

FIN

martes, 25 de junio de 2024

CUARTA SEMANA DE JUNIO DE 2024

 

Imagen de Sammy-Sander en Pixabay
Esta semana, la actividad ha sido un poco diferente. Será una versión corta de "Escoge tu propio final", inspirada en la imagen sugerida por Arturo Martínez Molina.
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DUDA RAZONABLE

Por Arturo Martínez Molina

Soy Henry, un agente de contraespionaje americano, con la misión de anular a un espía ruso. No me facilitaron más datos que su dirección, así que desconocía su género o nombre. Soy un hombre corpulento, cabello negro y me dejo bigote junto a una pequeña barba.


Cuando llego a la vivienda, se convirtió en una fuerte lluvia, las gotas que empezaron a caer al coger mi coche. Bajo del mismo, y cojo la llave en la recepción de un hotel cercano. La habitación a la que subo, daba frente a mi objetivo, así que podría vigilarlo y planear el momento oportuno de intervenir.

Nunca pude verlo del todo bien, al no acercarse a las ventanas, solo su sombra. Era evidente que era un profesional, y debería de andarme con cuidado al aproximarme a la casa unifamiliar.

Teletrabajaba en su propio hogar, lo que me complicaría el sorprenderlo. Me costó un mes tener un esquema de su rutina, sin eso, ni me planteaba el acercarme a eliminarlo.


La fecha escogida fue en la que sabía que salía a comprar, y así podría esperarlo en el interior sin mayores riesgos. Una hora antes, bajo a pagar la cuenta de mi habitación y, me preparo para pasar a la acción. Me invadió la misma sensación que siempre me venía en esas ocasiones, se me acelero el corazón, en respuesta a esos inevitables nervios que empezaban a erizar mi piel.

Comenzó a diluviar al salir del hotel, aunque llevaba un impermeable que me protegía y, preveía estar poco tiempo bajo la misma.

La casa contaba con muy buenas medidas de seguridad, aunque, mis habilidades eran mejores para neutralizarlas. Por lo que no me costó atravesar el jardín ya armado con mi pistola, en previsión de que no viviera solo mi objetivo. Desactive las del exterior, al ver que no había nadie más y, las volví a activar al entrar en la vivienda. Dentro, configure el sistema para que pareciera estar operativo, sin estarlo en realidad.

  • ¡Perfecto! Ahora solo me resta esperarlo en un lugar estratégico y eliminarlo sin correr riesgos comento complacido.

Enrosco el silenciador en mi arma, y me siento en un sofá del salón, que coloco en un lugar desde el que controlaba ambas entradas a la vivienda. A la hora prevista, escucho que utilizan la llave y al abrirse la puerta, apunte con mi arma a la persona que me miro perpleja.

  • ¿Qué haces aquí, Henry? interpelo sorprendida.

Se trataba de Dusica, una bella colaboradora rusa, con la que trabajé en el pasado. En ese breve momento en que nos reconocimos, se armó con su arma y, me apuntaba con ella.

  • No es lo que te hayan podido decir, Henry. Es una misión conjunta de ambos servicios de espionaje, el tuyo y el mío, sigues las órdenes de un corrupto me dijo desesperada.

Era más rápido, y mejor que ella, por lo que no me suponía una gran amenaza. Aunque, no sabía si dar crédito a alguien en quien confié en el pasado, o a las órdenes recibidas.

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Ahora, como lector, podrá escoger el final que le agrade más, de entre los que les ofrecemos.

-CONFÍA EN SU PALABRA CON RESERVAS Por Arturo Martínez Molina

-UN SUEÑO RECURRENTE Por Anniabel Martínez Gómez

-QUIERES ACABAR CON ELLA Por María Rosa Hernando Fernández


CONFÍA EN SU PALABRA CON RESERVAS

Por Arturo Martínez Molina

Las dudas corroen mi interior, al no creerla capaz de lo que mis informes dicen y, termino por considerarla merecedora de explicarse. Saco unas esposas de mi bolsillo, y se las lanzo.

  • Póntelas y hablaremos al respecto, la otra alternativa, es intentar matarnos le digo.

La mujer observa, de reojo, la opción que le ofrezco con reticencia. Implicaba el quedar a mi merced, pero, tampoco le apetecía, comprobar mi mayor experiencia.

  • De acuerdo, tú ganas. Tiraré mi arma y me esposaré expuso al dejarla caer al suelo.

Intento ponérselas al frente, y la interrumpí, al querer cerrarla en su segunda muñeca.


  • Las manos a la espalda, si no te importa le indico.

Dusica no se opuso y obedeció, con cierta reticencia en su rostro.

  • Siento tener que tomar mis precauciones. Pese a que trabajamos juntos en el pasado, no sé si ahora puedo confiar en ti me excuso.

  • Lo entiendo, y agradezco que me des una oportunidad de explicarme replico.

Solo, entonces, guardo mi arma, y le indico que se acercara.

  • Enséñame lo que estabas haciendo le pido al estar a mi lado.

  • Todos los datos están en el ordenador, vamos a examinarlos explico.

Introduzco la clave y contraseña que me indico, en efecto, era como había dicho. Mi jefe, se mezclo en asuntos turbios y, hubiera asesinado a una inocente.

  • Perdona que dudase de tu lealtad, pero debía de estar del todo seguro comento disgustado.

  • No pasa nada, y me alegro de que me dieras la oportunidad de exponerte las pruebas de mi inocencia. Ahora quítame estos grilletes, si no te importa.

La despojo de ellos, y planeamos el modo de fingir su muerte, para engañar al corrupto de mi superior.


Un mes después, esa información se cobro su puesto y fue detenido al instante, y nos observo enfurecido al vernos a ambos compinchados a la hora de llevárselo la policía.

FIN

ES UN SUEÑO RECURRENTE

Por Anniabel Martínez Gómez

Henry tomó la pistola y la puso sobre la cabeza de Dusica, la presionó contra el piso. Sus manos no temblaron, en cambio, el sudor, empapaba su frente. El sonido del disparo lo despertó, como cada noche, donde venía a él ese sueño recurrente. Sonó la alarma de la mañana, mientras el guardia gritaba por las celdas, golpeando los barrotes con la porra.

  • Vamos holgazanes, los quiero en cinco minutos en el patio.

Llegó frente a la celda de Henry, lo miró con desprecio pero con cierto respeto.

  • Tú -le dijo señalándolo- vamos, el jefe te espera en la oficina.

Los grilletes bien apretados, la frialdad de los pasillos, rejas tras rejas, cámaras de vigilancia; una prisión de alta seguridad. Finalmente, llegó a la oficina del director. El hombre de traje y corbata barata, con una sonrisa falsa, lo invitó a sentarse.

  • Siéntate Henry -déjanos solos- dijo mirando al guardia que titubeó un poco antes de obedecer la orden- ¿Cómo has estado? ¿Te han tratado bien? -ante el silencio inquietante prosiguió.- Bueno, te he traído aquí porque tienes una nueva misión, es cuestión de seguridad nacional - dijo en tono más serio- A ver si ahora no te da por hacerte el héroe, no olvides, que los jefes son los jefes, y tú siempre vas a ser un peón. Has esto bien para que borres la chapuza de la última misión y salgas limpio.

Para Henry haber entregado las pruebas a la policía y no a sus superiores no había sido su error. En cambio, matar a la única mujer por la que había sentido algún sentido parecido al amor, lo iba a torturar por el resto de su vida.

FIN

QUIERES ACABAR CON ELLA

Por María Rosa Hernando Fernández

El instinto se apoderó de mí. En un rápido movimiento me abalancé sobre Dusica, inmovilizándola.

La sangre ardía en mis venas, hubiera sido sencillo acabar con ella en ese preciso instante, pero un hilito de voz, salió de entre su aprisionada garganta.

  • Henry, Henry, por favor. Piensa un poco -pudo decir.

  • ¿En qué quieres que piense? Debo matarte.

  • En nosotros -soltó.

Fue decir esa palabra, y mi mente retrocedió en el tiempo. Trabajábamos juntos en una importante misión de rescate, en la que estuvimos a punto de morir los dos. Nos emboscaron y nos atraparon. Y si no hubiera sido por la belleza de Dusica, y la gran interpretación que desplegó en aquel momento, yo estaría comido por los gusanos.

Recuerdo como me llevó a su refugio y cuidó de mí. Curó mis heridas y mi corazón. Fue un amor repentino e intenso del que aún sigo hipnotizado.

  • Henry, te lo pido, déjame que te explique de qué va todo esto. Es una trampa. Se enteraron de nuestro romance. Quieren acabar con nosotros, hemos de salir de aquí cuanto antes. No tardarán en llegar Henry.

  • ¿Qué tiene que ver lo nuestro con todo esto? -pregunté soltando ligeramente su cuello.

  • Es una venganza por no estar dispuesta a seguir la proposición de mi jefe. Está enamorado de mí. Cuando me negué, entró en cólera, y sus palabras fueron algo así como que "jamás volverás con él". Montó este dispositivo para hacerte llegar a mí. Lo he descubierto todo. Créeme Henry, va a por nosotros.

Me encontraba en un momento delicado. Conocía el gran don de Dusica para la interpretación, y podía estar siendo víctima de sus manipulaciones. Pero, por otro lado, amaba a aquella mujer y en el fondo me estaba proporcionando la excusa perfecta para no matarla... no quería matarla, más bien, deseaba atraparla entre mis brazos.

Ganó mi corazón, y salimos del apartamento, dispuestos a empezar una nueva vida lejos de todo aquello.

FIN





jueves, 20 de junio de 2024

ANUNCIO DE COLABORACION CON LA REVISTA CULTURAL "PROMETEO21"



Me complace comunicar, que de cara al siguiente número de la revista del título, pasaremos a colaborar con los textos de nuestras actividades en la misma.

Será de publicación bimensual, a un coste de 3 euros, y únicamente en formato digital. Contará, además, con artículos culturales de diversos e interesantes temas.

También es posible, que en algunas entregas, publiquen avances de nuestras novelas o recopilaciones publicadas. Para que podáis juzgarlas, antes de adquirirlas, en el link o local que les indiquemos. Avisaría con antelación es esos casos, para que pudieran comprarla los que estuvieran interesados.

Espero que esta noticia alegre a nuestros seguidores, y se animen a darle una oportunidad a ese nuevo medio de difusión cultural.

El enlace de la web, en donde informarse de esa nueva iniciativa y comprar la revista, es el siguiente:

https://prometeo21.blog/



TERCERA SEMANA DE JUNIO DE 2024

 

Esta semana la imagen fue sugerida por Susana Torres Cabeza, y hemos realizado un texto a diez manos. Espero que os guste.

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Muestras

(Por Susana Torres Cabeza)

Llegamos al planeta según lo previsto.

Bajamos a tomar las muestras necesarias. La nave nos indicó que la atmósfera era respirable. Aun así, no nos fiábamos, habíamos tenido accidentes por descuidos en el pasado, así que nadie se quitó el traje.

Iniciamos la marcha. Stuard, el militar, era el más fuerte de todos nosotros y andaba primero; Marcia y yo, que éramos los científicos, íbamos en medio y Kirt, el piloto, nos cubría las espaldas.

El ecosistema de aquel lugar era extraño. Árboles gigantes de siniestras ramas cerraban el paso de toda luz impidiendo ver a nuestro querido sol, mientras los sonidos de aquel lugar nos acechaban. Monstruos alados, del tamaño de puños, rozaron, más de una vez, muestra delicada piel, y nos provocaron intensas erupciones.

De repente algo gruñó entre la maleza y el pánico se desató. Pese al entrenamiento recibido, alguno de nosotros gritó. Recuerdo eso. Los gritos. Y correr. Correr a través de aquel infierno verde. No veía nada, solo hojas verdes. Recuerdo los golpes de las ramas y la falta de aire. Me ahogaba. La reserva de oxígeno se me acababa, así que, sin pensarlo demasiado, me quité el traje y lo abandoné en aquel lugar inmundo. Cuando la cordura volvió y paré, había perdido a todos. Mis compañeros habían desaparecido.

Perdido y desorientado, quise volver, pero me rodearon. Un grupo de humanoides extraños se acercaron. No iba armado ni soy valiente, así que me tiré al suelo y momentos después todo se volvió negro.

Y ahora no sé dónde estoy. Desde aquí, oigo voces en un idioma que no entiendo. No sé dónde están mis compañeros ni que ha sido de ellos. Estoy atado a una mesa metálica. Nadie sabe que estoy aquí.

Si al menos hubiéramos avisado a nuestros superiores de que nos adentrábamos en el planeta tierra. Los antiguos decían que era un lugar peligroso. Por qué no les hicimos caso.

Nadie vendrá a buscarnos. Tengo miedo.

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UN SORPRENDENTE VERANO

Por Arturo Martínez Molina

Óscar, era un joven de catorce años, con una familia perfecta. Se llamaban Íñigo y Valeria sus progenitores.

Al igual, que todo verano, iban a la población de Toro. Un pueblo de la comunidad de Castilla y León, en la que solían pasar las vacaciones. Conducía su padre, tras haberse turnado en la última gasolinera con su madre. Era un hombre apuesto de cuarenta años, de fuerte complexión y marcados rasgos de líder en su rostro, el cual lucia una orgullosa barba y bigote negro. Su madre, aún era una bella mujer, algo mayor que su marido, con un precioso cabello moreno y ojos azules, en una envidiable cara. Por su parte, Óscar, había heredado lo mejor de ambos.

  • ¿Es necesario que todos los años vayamos a Toro? ¿Es que no podemos quedarnos en Madrid? preguntó el niño cansado del viaje.

  • Ya falta poco, hijo. Además, allí siempre lo pasas bien replicó su madre.

  • Eso era antes, ahora no puedo hacer ni la mitad de cosas que en la capital respondió molestó.

  • Deja de incordiar, Óscar. Sabes que cada año pasamos este mes allí sentenció su progenitor.

Eso puso fin a su pequeño berrinche, hasta que llegaron a su destino, una gran cabaña en el bosque cercano al pueblo. Se trataba de una lujosa vivienda de madera de varios plantas, con un cuidado interior, acorde al nivel financiero de su familia.

En silencio, el niño, ayudo a descargar el vehículo, para no provocar de nuevo a su padre y después se retiró a su cuarto hasta la hora de cenar.


Al bajar por las escaleras, observo que lo esperaban, sentados en la mesa con una expresión seria en sus rostros.

  • Me disculpo por lo que dije en el coche, papa. No deseo que eso nos estropee la estancia a todos. Me distraeré con lo que pueda, los días que pasemos aquí comentó para apaciguarlo.

  • No se trata de eso, Óscar. En parte, comprendo tus molestias y siento los problemas que te puedan ocasionar respondió su padre Por favor, siéntate. Se trata de algo que ya es hora que conozcas le pidió.

  • Haz lo que te indica, hijo. Es muy importante que lo sepas insistió su madre.

Intrigado por lo que tuvieran que decirle, se acomodó en otra silla.

  • ¿Te has preguntado el porqué compartimos este terreno con otras familias? planteó Íñigo.

  • Algunas veces, lo admito. Aunque, no me desagrada la compañía que tenemos y el jugar con sus hijos —contestó el niño.

Justo en ese momento, un fuerte dolor lo obligó a ponerse de rodillas en el suelo. Valeria hizo ademán de querer acercarse, y fue detenida por su esposo.

  • Es su primera transformación, debe sentirla en su plenitud. Así será consciente de lo que es en realidad dijo su padre.

Óscar, los miraba atónito y sin dar crédito, a que le dejasen allí sufriendo sin ayudarlo. Su forma física empezó a cambiar, su piel paso de naranja a gris, y su cara a otra con unos grandes ojos negros, una nariz plana con un par de agujeros y una pequeña boca.

  • ¡¿Qué me ha ocurrido!? interpeló a sus progenitores al poder ponerse en pie.

  • No eres del todo humano, hijo. Yo soy un alienígena de Xinia, un planeta de un lejano sistema estelar, a cerca de cien años luz de la Tierra avanzó No estaba seguro de que hubieras heredado la capacidad de cambiar finalizó, a la par que adquiría su misma apariencia.

Recibió un mensaje de su padre, sin que él moviera los labios.

«Podemos comunicarnos telepáticamente, entre otras muchas cosas, que te iré enseñando»

Durante ese mes, sus compañeros de juegos, pudieron mostrarse ante el cómo eran de verdad.

FIN

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"Amigos o enemigos"

Por Anniabel Martínez Gómez

¡Despierta! Abre los ojos, por favor. Mira que si no nos movemos nos va a encontrar. Tenemos que llegar al refugio. Así que Maximiliano intentó despertar a su hermano mayor. La invasión por los extraterrestres había comenzado hacía una semana. Debía llegar al túnel debajo de la montaña creada por tiempo de guerra. El caos era ahora el dueño de la humanidad. Una civilización y otra se enfrentaban o defendían, era difícil determinar la diferencia. Maximiliano y su hermano eran los únicos sobrevivientes de la familia y ahora el mayor de los dos yacía muerto producto a una exploración. No te voy a dejar, me oíste, no te voy a dejar. Sus lágrimas corrían por ahora el sucio rostro; se reusaba a perder lo único que le quedaba. ¡Están ahí, vinieron por nosotros! Veo sus siluetas en la sombra. Tres cuerpos delgaduchos, trasparentes, aparecían frente a él. Lo miraron con ojos grandes y oscuros. Uno de ellos, el más grande, le tendió la mano de largos y suaves dedos.

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UN VISITANTE BLANCO.

Por María Rosa Hernando Fernández

Era una noche de verano, y dos amigas de tan solo diez años disfrutando de la tranquilidad. Las dos sentadas en las paralelas del parque infantil del edificio vacacional, hablando de sus cosas, compartiendo todo lo acontecido en la escuela a lo largo de la semana.

De repente, un sonido extraño interrumpió la charla.

- ¿Qué ha sido eso? - preguntó Ana. - ¿Lo has oído?

- Sí, ha sonado algo raro. Y lo sigo escuchando. ¿Vamos a averiguar? - invitó Bertha.


Las dos bajaron de inmediato de las barras, dispuestas a enfrentar el temor a algo desconocido. Caminaron en dirección al extraño sonido, bajando unas empinadas escaleras de piedra, hasta que al final de estas encontraron la solución a sus preguntas. Era una manguera que estaba desaguando el agua de la piscina del edificio colindante al suyo.


Bertha se giró y comenzó a jugar con el chorro, mientras que Ana se quedó embobada observando el final de la explanada en la que se encontraban. Al final de esta, una minúscula acera y la carretera.

Todo estaba en calma, nadie a la vista, hasta que de pronto, una figura sin expresión y totalmente blanca como si llevara un traje cubriendo su cuerpo por completo, asomó por la esquina de la pared que delimitaba a su izquierda. Fue un movimiento muy rápido, prácticamente efímero. Pero la visión también fue clara y aterradora. No podía tratarse de un reflejo, ningún vehículo había pasado por allí, entonces ¿qué había visto?

Ana sintió el miedo corriendo por sus venas, y agitada comenzó a gritar:

- ¡Bertha, Bertha, corre, sube, rápido!


Las dos corrían escaleras arriba, saltándolas de dos en dos hasta llegar nuevamente a las paralelas.

- ¿Qué ha ocurrido? - preguntó Bertha jadeando.

- No sé qué era eso. - Comenzó a narrar su amiga.


Pero antes de que pudiera continuar para detallar lo que había presenciado, la extraña figura saltó entre los setos que delimitaban los dos edificios.

Bertha sin saber que podía contarle su compañera, saltó de las barras y echó a correr.


Ya en el interior de su casa, hablaron de ese enigmático visitante, ¿habían visto un extraterrestre?

Eso creyeron.


Y esta historia, continua.

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¿Te lo esperabas?

Por Nelson Isaí Pérez

Es de noche, te diriges hacia tu casa. Estás parado frente al parque esperando que un taxi venga a por ti.

En ese momento ves una luz destellante. El taxi se detiene frente a ti.

—¿A dónde lo llevo, señor?

—Llévame al sector 411

Una vez te encuentras dentro del automóvil, el chófer pisa el acelerador.

El tiempo transcurre a la velocidad de años y cuando menos lo piensas…

—Hemos llegado, señor.

Sonríe el conductor, extendiendo su mano para recibir el pago por el transporte.

Una vez afuera del taxi, pagas y te apresuras a entrar al sector 411, por suerte no han cerrado.

Ya en tu habitación te despojas del ridículo traje humano que se te ha asignado para interactuar con los terrícolas.

Fin

Nelson Pérez, El Salvador.

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Esto es todo, la próxima semana más.

viernes, 7 de junio de 2024

PRIMERA SEMANA DE JUNIO DE 2024


Esta semana la imagen fue sugerida por María Rosa Hernando Fernández, y hemos realizado un texto a diez manos. Espero que os guste.

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FALSA ATADURA.

Por M.ª Rosa Hernando Fernández

Un nuevo día despertaba en Cindiena. La bruma se disipaba, y los pájaros poco a poco, comenzaban a revolotear entre ramas con sus cánticos de alegría.

Myriam todavía dormía, acurrucada entre las mantas, ajena al esplendor que tras el cristal de la ventana, irrumpía con entusiasmo, regalando nuevas oportunidades y otorgando dicha a todo aquel dispuesto a saborear una bella mañana de primavera.

Entonces, la puerta de la habitación se abrió chirriando, causando el descontento de Myriam, que deseosa prefería continuar remoloneando en el lecho.

- ¡No pongas esa cara de enfado! ¡levanta! Ahí fuera hace un día fabuloso. - Dijo su madre con ímpetu.

- ¡Noooo! Déjame un rato más. Aquí estoy calentita. No me apetece levantarme, es domingo. - Se quejó.

Pero su madre, lejos de acceder a las niñerías de su hija, se acercó a la cama, agarró la ropa, y de un estirón la retiró, cayendo en un amasijo desordenado sobre el suelo y provocando la ira de la muchacha.

- Pero mamá, ¿qué haces? - Gritó.

- Pues lo que acabas de ver. Quiero que te levantes, te asees y bajes a desayunar al porche. Te espera la naturaleza hija mía.

- ¿La naturaleza? ¿Pero qué tonterías dices? - Volvió a quejarse, mientras atónita veía como su madre desaparecía sin responder.

La mesa estaba preparada. Una jarra con zumo de naranja, tostadas de pan bañadas con mermeladas caseras. Y un sin fin de bandejas repletas de cuanto agradaba a Myriam. Su madre había dedicado dos horas para preparar el suculento desayuno, deseando ver por fin una sonrisa en el rostro siempre enfurruñado de su hija.

Pero no fue así.

Myriam se sentó, lo miró todo y dijo con tono prepotente.

- Vaya, ¿celebramos algo?

- Sí hija. Que estás viva y sana, que eres una chica afortunada, y que tienes toda una vida por delante para disfrutar de ella.

- Oh, que emoción. Maravilloso. - Soltó con desgana.

- ¿Qué te ocurre Myriam? ¿por qué actúas siempre de esta manera?

- ¿De qué manera mamá?

Entonces la muchacha mientras compartía su desazonada existencia, agarró la jarra de leche. Justo debajo había lo que parecía una carta boca abajo. La cogió, le dio media vuelta y la dejó sobre la mesa. Era una carta de tarot; el colgado.

- ¿Qué significa esto? ¿te has vuelto pitonisa?

- No querida. Esa carta es la respuesta a todo cuanto te ocurre.

- ¿Ah sí? ¿esa horrible imagen tiene la solución a mi asquerosa vida?

- No directamente. La carta en sí no tiene la llave. Solo tú la tienes, pensando y analizando todo cuanto te rodea.

Myriam quedó algo confusa, sin saber muy bien qué tramaba su a veces enigmática madre. Así que permaneció a la espera, conociéndola, tenía claro que se avecinaba un profundo monologo. Y así fue.

- Estás atada por tus pensamientos. Crees que todo está mal, que estas estancada y prisionera. Sientes que todo te abruma, los sacrificios que crees que se te exigen, la dependencia emocional que intentas ocultar, las dificultades a superar, o el temor a las pérdidas. Debes huir de la debilidad que en ocasiones fluye en tu carácter, de la introversión que por miedo muestras a los demás. Deja atrás tu victimismo y tus obsesiones. Deshazte del atasco de tu mente y de la sensación de abandono, nadie se aprovecha de ti. Eres libre hija, y puedes ser feliz. Todo eso está en tu cabeza. Solo tienes que soltarte de todas esas cosas que no te dejan ver lo maravillosa que puede ser tu vida. En esa carta estás colgada de tus propias ataduras, puedes deshacerte de ellas cuando quieras. Hazlo cariño, y fluye. Permítete sentir sinceramente sin la obstrucción de la vergüenza. Los sentimientos son bellos, no te escondas ante ellos. Mi niña, eres libre para ser tú, jamás ocultes tu esencia. Y si alguien demuestra intolerancia con tus emociones, comprenderás que no es digno de ti. Se sincera contigo misma, en todo momento, la falsedad para otros. Créeme, ese tipo de orgullo, destroza, no le permitas su influencia en tu vida. Renace cariño, suéltate, se que eres noble y maravillosa. ¡Deja que todo el mundo disfrute de ti! Eso es lo que te muestra esta carta.

Myriam se quedó inmóvil, con los ojos muy abiertos y una expresión de abrumador asombro.

Una lágrima cayó por su mejilla mientras miraba con admiración a su siempre amorosa madre, que como no, estaba dispuesta a ofrecerle esas grandes enseñanzas en el justo momento.

- Perdóname mamá. Se que muchas veces me comporto injustamente contigo. - dijo agarrándole la mano. - ¿Puedo quedarme esta carta?

- Desde luego cariño, es para ti. Llévala siempre contigo, y cuando te sientas flaquear, mírala, te recordará esta conversación.

- Gracias mamá.

Una renovada Myriam parecía haber llegado para incorporarse en el idílico cuadro de aquella bella mañana de primavera.

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Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales.

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UNA TIRADA APRESURADA

Por Arturo Martínez Molina

Soy Mary, una mujer que, en su día, fue una reconocida pitonisa en selectos círculos. Además de contar con limitados poderes de vidente, que he heredado de mi madre.

Con una edad cercana a los cincuenta, me harté de la presión que se me exigía a veces, por lo que opte por desaparecer y unirme a una feria ambulante que estuvo encantada de acogerme. A mí me permitiría ver diferentes partes del país, y el dueño del negocio, más que satisfecho de contar con alguien de mi nivel.

Con el tiempo, mi caseta gano un cierto prestigio, lo que me obligo a ocultar mi rostro a los clientes. Era algo que sabía que podía llegar a ocurrir, y que baraje con maestría, para mantenerme en un nivel bajo. No deseaba que los antiguos círculos en los que fui popular, sospecharan que era la misma persona, pese a presentarme con un nombre falso a mi clientela.


Esta experiencia que narraré, sucedió a los cinco años de viajar con ellos, en un pequeño pueblo de Texas, llamado Marga. Un hombre se presentó a poco de la hora de comer, algo que me molestaba sobremanera.

  • Si desea una lectura rápida, es cuanto puedo ofrecerle ahora. Es casi la hora de cerrar —le digo, con esperanzas de que vuelva después.

  • Esa deberá bastar, no puedo regresar por la tarde. Victoria —respondió.

  • De acuerdo, tome asiento, entonces —le indique.

Barajé los veintidós arcanos mayores con rapidez, y extendí las seis ante mí, tres en la fila superior y el mismo número en la inferior. Su lectura rápida, me dejo ya inquieta y miré de nuevo al hombre, que permanecía impasible ante mí.

  • ¿Son malas cartas? —preguntó.

  • Eso es difícil de afirmar, le diré lo que me dicen.

En la hilera superior, tenía a la emperatriz invertida, el colgado y a la muerte.

  • La primera hace referencia a una mujer que está pendiente de un cambio, que supondrá su fallecimiento o transformación. Ese es el futuro inmediato.

Tras una pequeña pausa, proseguí con la esquina inferior. En ella estaba, el emperador, la sacerdotisa y el mago.

  • La segunda, que presagia el porvenir más tardío. Un hombre con buen juicio, podría comenzar algo llevadero.

El cliente se incorporó, y antes de salir, dejo mi dinero con una buena propina.

  • Gracias Victoria, de verdad. Sus palabras me inspiran mucha confianza, para lo que voy a tener que hacer —dijo antes de salir.

Lo que escuche me dejo congelada, al haber podido ser la confesión de un futuro asesinato.


En los siguientes días, estuve al tanto de las noticias de ese pueblo, y hubo el caso de un homicidio que dejo como única superviviente a una niña de unos doce años. La cual, decía no poder recordar nada de lo sucedido esa noche.

Volvimos al cabo de un año al mismo lugar, en donde pude ver a mi misterioso cliente con ella paseando por la feria. El miedo me hizo ocultarme a sus ojos, pese a que a la pequeña se la veía feliz en su compañía, al ser su padre biológico.

FIN

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"Cuestión de fe"

Por Anniabel Martínez Gómez

Cuando mi amiga me propuso ir a aquella cartomántica, acepté por puro compromiso; nunca fui muy creyente en ese tipo de cosas. Pero bueno que no se hace por una amiga con mal de amor. Así que sin pensarlo mucho estaba ahí rodeada de paños de colores, humo, velas e incienso. En una habitación pequeña, algo así, como una sala de espera, junto a mi compañera de aventura, ojerosa y flaca de tantos días en la depresión. No entiendo ¿como alguien puede sufrir tanto por una persona que no te quiere y además te hace daño? El tiempo transcurrió de prisa. Mientras esperaba reflexionaba acerca de lo estúpido de un sufrimiento por amor. ¿Si tus sentimientos no son correspondidos de que vale tanta tortura, y daño autoinfligido? También tenía algo a mi favor , yo nunca había pasado por una experiencia de ese tipo. Terminó finalmente la espera cuando salió mi amiga con rostro serio.

- Dice la adivina que quiere verte.

- ¿ A mi? -me dije sorprendida.

- Si , y me dijo que era importante.

Yo no había venido para que me adivinaran nada, es más que, prefería no saber mi futuro.

- Dale, yo te espero, no te vas a arrepentir, es de vida o muerte.

Aquello era más bien un mandato, claro que me tenía que esperar, si vine por ella.

Casi por obligación, por salir de la situación entré a la habitación donde me esperaba una mujer joven; más de lo que imaginaba; vestida bastante casual.

- ¿Tú eres Mariana verdad?

- Si -dije todavía desconfiada pero relajada.

- Lo que tengo que decirte es que en las cartas de tu amiga hay algo que te incumbe a ti, por eso te hice pasar.

- Bueno, pues, dígame que es eso que dicen las cartas.

- Que va a sufrir por tu pérdida, producto a un terrible accidente automovilístico

-¿Pero por qué me cuenta eso? -dije exaltada.

-Porque hace cinco minutos debió haber pasado.¿Has oído hablar de la teoría de la tostada quemada?

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La pitonisa

Por Susana Torres Cabeza

Sandra me gustaba y a ella le gustaban aquellas cosas, así que accedí a entrar a la carpa.

Al traspasar aquella cortina tuve la sensación de cruzar un umbral. Fuera el día era caluroso y el sol brillaba sobre las cabezas de los niños. Allí en cambio, hacía frío y un ambiente tétrico conseguido con humo artificial y oscuridad rodeaba una única mesa circular. En el centro de aquella mesa una mujer de mediana edad barajaba unas cuantas cartas de tarot.

Nos invitó a sentarnos y solicitamos dos tiradas. Pagamos por adelantado como nos indicó.

Empezó Sandra. Sacó la carta de la rueda de la fortuna. Su tirada debió de ser muy fácil para la experta timadora ya que los ansiosos gestos faciales que expresaba mi amiga delataban claramente sus deseos ocultos. Amor y salud principalmente. Cómo casi todo el mundo.

Unas cuantas cartas marcadas, un pasado y un futuro impreciso y hecho. Sandra quedó impresionada. De no ser por mi presencia la avispada pitonisa le hubiera estafado más dinero.

Después, siguiendo los deseos de Sandra, me tocó a mí, pero conmigo la adivina pinchó en hueso. Yo era un escéptico y nada de lo que me explicaba me convencía.

Ella se hartó de mis impertinentes respuestas y jugó sucio.

No sé cómo lo hizo, pero la siguiente carta fue el ahorcado. Una carta que significaba sufrimiento y vergüenza, traición y castigo.

Según la bruja, yo había hecho algo malo y debía pagar por ello.

Sandra se mostró muy preocupada por el resultado de aquel juego y estuvo toda la tarde agobiándome. Yo me reí y me indigné de la absurdidad de aquel juego. Intenté convencerla de que era una tontería. Era imposible que la pitonisa supiera nada del asesinato.

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Espero que hayáis disfrutado, esta nueva experiencia de nuestro club de escritura.


martes, 21 de mayo de 2024

TERCERA SEMANA DE MAYO DE 2024

Esta semana la imagen fue sugerida por Celso Santana Flores, y hemos realizado un texto a diez manos. Espero que os guste.

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LA ELFA FUGITIVA

Historia a diez manos por el Club de escritura Endrin

Celso Santana Flores
Una elfa del bosque sufre de amnesia y se despierta en un bosque desconocido, perseguida por un lobo salvaje. Mientras intenta descubrir su identidad y el motivo de su persecución, una misteriosa mariposa la sigue en silencio, insinuando que su pasado está lleno de secretos oscuros.
Susana Torres Cabeza
La elfa escucha aullidos y gruñidos a su espalda. La persiguen. Se levanta y corre asustada a través de la maleza, pero sin darse cuenta pisa una soga y cae en una trampa. Queda colgada de una cuerda.

María Rosa Hernando Fernández

Asustada, contempla a la manada de lobos como la observan, ansiosos y con ganas de comer. Necesita un milagro, siente que ahí acaba todo. Nuevamente, la misteriosa y colorida compañera se acerca a su oído. Existe un modo de salir del entuerto en el que se encuentra.

Arturo Martínez Molina

Eso no hizo más que aumentar su miedo, y la aparto de inmediato.

  • ¡SOCORRO! ¡AUXILIO, QUE ALGUIEN ME AYUDE! —gritó a pleno pulmón.

Aunque como era de prever, nadie acudió en su rescate. Se había alejado mucho del territorio de los suyos. Se hallaba en partes inexploradas del bosque.

De improvisto, se vio arrojada al suelo, al ceder la cuerda. Justo cuando las fieras salvajes saltaban sobre ella.

«¡No me queda más remedió que combatirlo!», pensó resignada.

Sacando su espada, les hizo frente. Esquivó a uno de los lobos, y le dio un certero corte, que le dejaría una herida mortal. Los animales, al ser conscientes de su desventaja, optaron por escapar.

  • ¡Que él dañó sea sanado! —recitó indicando con la palma de su mano al lobo.

Unos ruidos entre los arbustos la hizo girarse, y salieron tres humanos que se hallaban escondidos.

  • Eres al primer elfo que vemos en siglos, ¿Qué se te ha perdido por aquí? —preguntó el que parecía el líder.

  • Podría tratarse del que anuncia la profecía, ¿no lo crees? —dijo un compañero—¡Lo mismo opinó yo! Deberíamos de llevarla a nuestra aldea, y que decidan los ancianos —propuso el tercero.

El jefe les ordeno avanzar, mientras preparaba una cuerda y un pañuelo.

  • A nivel personal, no creo en esa vieja retahíla —comenzó diciendo— Aunque, es mi obligación como capitán de la guardia fronteriza, dejar esa decisión en manos de nuestro consejo —concluyó.

La elfa, de alguna manera, intuía que era lo correcto confiar en ellos, por lo que no se opuso a que la capturasen.

La mariposa, manteniendo una distancia de seguridad, los sigue.

Anniabel Martínez Gómez
Es enviada a los calabozos, ante la duda del consejo de ancianos.
"Los elfos son engaños, nunca se puede confiar en un elfo". Decía el más viejo de los ancianos.
La prisión; una jaula de hierro, donde apenas podía estirar los pies, cerca del corral de los cerdos. La despertaron los aullidos de los lobos, en la oscuridad dos destellos salían de la maleza. Dentro de ella la sangre comenzó a arder, rodeada de mariposas comenzó la transformación.
Celso Santana Flores
Ahí, prisionera, sabía que todo estaba perdido. Estaba sola. Afuera, el silencio se rompía entre aullidos y lamentos de dolor de aquellos hombres: los lobos la habían encontrado. Después de la matanza externa, sería su turno.
La mariposa multicolor, símbolo de sus antepasados, se mantuvo revoloteando junto a ella. Era el momento de usar su último recurso. Se concentró profundamente para alejar el dolor y el hambre, y comenzó a recitar las palabras antiguas que aprendió del sabio hechicero, aquellas que se usan cuando la sombra de la muerte acecha en derredor. El resultado era incierto, pues no depende de las cosas del mundo, sino de los espíritus del bosque; si ellos deciden que debes trascender, será tu momento, si no, vivirás para contarlo.
Recitó los sonidos antiguos. El ruido aminoró un poco, antes de volver a aumentar justo tras de esas paredes mal hechas, desde donde los lobos luchaban por entrar para devorar a su presa.
A poco de derribar la puerta, se escuchan unos nuevos aullidos. No eran de furia, ahora sonaban lastimeros, dolientes, dejando paso a un nuevo silencio.
La elfa del bosque, en trance, no pudo darse cuenta de que el espíritu del bosque había decidido.
Un enviado del mundo que no vemos, transformado en un joven de cabello largo y blanco y ojos amarillos como el trigo de otoño, rompe la puerta con sus manos, destroza las barras de metal, y la toma entre sus brazos para correr imparable por el bosque como una bestia poderosa, para regresarla con los suyos, muy de prisa, antes de que los rezos se diluyan.

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Espero que hayáis disfrutado, esta nueva experiencia de nuestro club de escritura.

 

PRIMERA SEMANA DE SEPTIEMBRE DE 2024

  Tras un paro inesperado al tener todos nuestras cosas y, tardar en retomar la actividad. Aqui estamos de nuevo, con esta frase que ha suge...