Imagen de Светлана Лис en Pixabay
Aquí están los escritos de la cuarta semana del grupo, esta vez fue Arturo Martínez Molina, quien sugirió esta imagen de inspiración y estos son los microrrelatos o poemas que surgieron.
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UNA NOVEDAD IMPREVISTA
La vista exterior, la acaparaba el infernal cuerpo estelar que orbitaban. ¡Un inmenso agujero negro! Lo rodeaba un anillo de luz, de una gran belleza, que dejaba a todos los ocupantes de la estación de investigación hipnotizados.
Los protegía un campo de antigravedad, para evitar los efectos de aceleración temporal del exterior. Y su cometido, era el estudiar ese insondable abismo negro que engullía todo lo que cruzaba su horizonte. El planeta rocoso, en donde se encontraban las instalaciones del laboratorio, carecía de atmosfera, y se mantenía rodeando el monstruo en un delicado equilibrio de fuerzas.
El responsable de ABIS 1, era Gendian, un exigente científico de mediana reputación. Al igual que todos los que pusieron al frente de los otros nueve proyectos similares, con el objetivo de estudiarlos y recabar datos sobre los agujeros negros. A su cargo tenía a varios ayudantes y personal de mantenimiento de la base.
Gendian, era un hombre de unos sesenta años, bastante bien cuidado para su edad y con amplios conocimientos sobre los objetos que estudiaban. Le asistían Riam, una prometedora joven de Seption, un planeta colonial cercano. Y Mortun, del mismo mundo y algo menos brillante. Ambos de unos veinte años, y bastante atractivos. El jefe de mantenimiento era Lorni, de la misma edad que Gideon, con tres personas a su cargo, Viron, Luarna y Morgan. Esos últimos no solían mezclarse más allá de las comidas con los demás, estaban todos entre los treinta y cuarenta y eran de un aspecto normal.
La rutina diaria era la misma en las instalaciones, y en muy pocas ocasiones, se producía un descubrimiento que supusiera alguna novedad.
Así que cuando las alarmas empezaron a sonar, todos se pensaron que se debía a un fallo del campo de antigravedad, y corrieron a verificarlo. Nadie esperaba ver la imagen de aquella inmensa nave en la pantalla que se les acercaba.
¡Se dirige hacia el agujero negro! Debemos tratar de ayudarlos —comentó Mortun.
Sería del todo imposible, no conocemos esa nave y quienes fueran, correrían su misma suerte —argumento Gendian.
Tuvieron que estar de acuerdo con esa aseveración.
El vehículo espacial, para sorpresa de todos, comenzó a maniobrar de forma que denotaba que había alguien al frente de los mandos. Al ajustar su trayectoria, para evitar el halo de energía que circunvalaba el objeto estelar.
Paso junto a ellos, y penetraron en la negrura del abismo negro, sin que la nave resultara dañada. La escena, dejo sin palabras a todos, que les era imposible de dar crédito a lo que sus ojos veían.
¿Qué es lo que acabamos de presenciar? —planteó Lorni.
Fue Riam, la que se atrevió a dar respuestas.
Puede haberlo empleado como un agujero de gusano, o... —se detuvo por un momento, antes de ofrecer la siguiente— Que en el interior del mismo, exista una civilización capaz de construir en un espacio casi infinito de hipergravedad concentrada. Esas son las hipótesis que se pueden barajar —concluyó la mujer.
Ambas eran igual de difíciles de asimilar, para cualquiera de ellos, que seguían observando el agujero negro. No entró o salió nada más en la siguiente hora, por lo que Gendian, recopiló la información y la remitió a la Tierra.
Volvamos a nuestros trabajos, poco podemos hacer al respecto de lo que hemos visto. Ya recibiremos instrucciones --ordenó a todos.
Con más preguntas que respuestas por lo acontecido, obedecieron y regresaron a sus habítales quehaceres.
FIN
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"En camino"
Por Anniabel MartínezGómez
Día 24
Desde que llegamos a este planeta, nada ha pasado, parece que el día nunca se acaba. Realmente no sé que día es hoy, cuantos han pasado, los relojes aquí no funcionan. Salímos a recolectar muestras del suelo, hasta el momento, no hay ningún hallazgo, ni signos de vida.
Día 30
Ayer Alex enfermó, está en el área de enfermería, comenzó con falta de aire, y a tornarse cianótico. Dice Maura que puede ser provocado por las muestras de suelo que estaba analizando. Se encuentra con oxígeno y evoluciona bien. Los días son iguales, uno de los dos soles hace que siempre haya luz.
Día 36
Alex murió ayer, enterramos su cuerpo debajo de un cráter. Potter hizo una lápida con su nombre. Estamos todos muy tristes y preocupados, lo que enfermó de Alex nos puede afectar a nosotros también. Hasta el momento ninguno ha presentado síntomas. Estamos terminando de recoger las muestras, en diez días estará arreglado el área de despegue, podremos partir de regreso.
Día 38
Algo muy raro ha pasado, el cuerpo de Alex no está, solo las piedras debajo del cráter. Es imposible que se halla desintegrado tan rápido. No hay muestras en el suelo de su descomposición. Solo hemos encontrado polvo en este planeta. Subimos a una altura considerable, nada distinto se ve en la lejanía. He tenido un sueño donde Alex se había transformado en una roca. Es muy frustrante no encontrarlo.
Día 40
¡Pasó algo, las rocas están vivas! Se mueven sin que las veamos. Cuando nos despertamos del descanso habían cambiado de lugar las colinas. No es vida en el concepto que entendemos, pero tienen autonomía. Creemos que Alex es ahora uno de "ellos", tenemos el temor de que nos ataquen. Necesitamos 6 días para despegar. Sacamos de la nave todas las muestras de suelo.
Día 43
Potter y Maura comenzaron con falta de aire y el cambio de coloración. Creo que en pocas horas morirán. Si no trasmito más, será que yo también esté enfermo.
Día 48
Milagrosamente sigo vivo, logré despegar y ya estoy en el espacio rumbo a la Tierra. Antes de salir dejé los cuerpos de Potter y Maura entre las rocas, y también desaparecieron. He llegado a la conclusión de que soy inmune a lo que sea que existe en ese lugar. Ya estoy de regreso, voy en camino.
ERROR DE CÁLCULO
Por María Rosa HernandoFernández
Papá, ¿por qué estás haciendo todo esto? - Preguntó el niño al ver por primera vez
aquel amasijo de extraños artilugios.
Pues verás, es difícil de explicar, eres aún muy pequeño para entenderlo. -
Respondió el hombre extremadamente concentrado en su creación.
Pero papá. - Se quejó al no ver satisfecha su curiosidad.
Dejemos trabajar a tu padre. Ven Mario, yo te lo voy a contar. - Intervino su siempre
comprensiva y amorosa madre.
Salieron los dos de aquel especial taller improvisado en el que Carlos llevaba casi toda su
vida embarcado en la construcción de su nave. La que iba a llevarles muy lejos de allí.
Ya dentro de la casa, madre e hijo se sentaron en el sofá.
´
Verás cariño. Tu padre está seguro de que en pocos años el planeta acabará
destruido. Pero no debes asustarte, nosotros estaremos muy lejos cuando eso
ocurra. Todo eso que has visto, será como nuestro coche. ¡Viajaremos por las
estrellas! ¿No te parece increíble? ¡Menuda aventura! - Dijo intentando adaptar
convenientemente la situación. - Además, tu padre lo está preparando todo para
que la nave sea autosuficiente.
¿Como un platillo volante? - Preguntó el pequeño.
Algo así.
Los años pasaron, y el proyecto cumplió con lo previsto. Un nuevo mundo esperaba.
Y mientras viajaban envueltos por la oscuridad, la Tierra poco a poco empequeñecía.
Tras largo tiempo de sueño inducido, despertaron justo a tiempo para aterrizar en el
nuevo planeta.
Ya asentados en tierras por descubrir, esperaban la gran explosión. Todos los artefactos
estaban dispuestos para ser los únicos supervivientes en contemplar desde la lejanía el
fin de la Tierra.
¿Cuándo pasará? - Preguntó Mario expectante.
Es raro, ya debería haber ocurrido. - Respondió Carlos.
¿Qué significa eso? - Interrumpió María.
Pues que tal vez haya un error en los cálculos. - Respondió.
Y pasaron años sin que ocurriera nada. La Tierra como un diminuto puntito en el
horizonte, seguía intacta.
Cariño, creo que ya tengo la solución de lo que ha pasado. - Dijo Carlos cabizbajo.
- Me equivoqué. Faltan cien años.
¿Cómo dices? - Soltó la mujer. - ¿Estamos aquí atrapados por nada?
¡REGRESEMOS!
Lo siento querida, pero eso es del todo imposible. No tenemos combustible para
volver.
¡MALDITO SEAS!
Y allí quedaron, en un lugar desconocido, solos, descompuestos por lo ocurrido, y
sintiendo el fracaso y la añoranza de su bello planeta Tierra.
Encuentro Cósmico
—¡Te juro que lo que vi es real! No eran de este planeta. Dijeron que venían de una luna, una cercana a Saturno.
Lynn asintió tímidamente, mordiéndose el labio inferior mientras me escuchaba.
—Eso suena muy interesante —susurró en voz baja, agarrada a mi brazo.
Al salir del recinto escolar, Lynn se acurrucó más cerca, disfrutando de estar en mi compañía como si fuera una afortunada por tenerme a su lado.
Por supuesto que yo la amo, aunque en ocasiones me molesta su falta de confianza.
Después de un rato nos tomamos de la mano y fuimos a su tienda de cómics favorita mientras conversábamos sobre el asunto de los extraterrestres.
—¿Entonces vendrás a mi casa esta.noche?
Una sombra pasó ante sus ojos cuando mencioné mi casa, como si le preocupara algo. Sin embargo, con una ligera sonrisa de felicidad, asintió y apretujó su mano en la mía.
—Claro, te echo de menos cuando estás fuera de mi alcance.
Su gracia natural y el temblor en su voz hicieron que sintiera algo florecer dentro de mí, el deseo por protegerla y hacerla feliz. Sabía que era parte de sus problemas, pero ahora decidí ser todo lo fuerte que ella necesitaba.
Con eso, llegamos a su tienda de cómics preferida y pasamos algunas horas juntos, compartiendo historias, riendo y charlando como siempre.
Fue lo último que hicimos.
Fin
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Clase de meditación
Por Susana Torres Cabeza
El calor en aquel planeta era insoportable.Los trajes que nos habían dado, de una tela impermeable, nos hacían sudar. Nos empujaron para que avanzáramos deprisa. Se acercaba la hora de cenar y los dichosos bichos tenían hambre.
Por suerte eran vegetarianos. Comían una especie de plantas de aspecto podrido que para ellos eran deliciosas. Para nosotros su sabor era vomitivo. Recordé la lasaña de mi madre y el pollo frito de aquel restaurante que estaba al lado de casa… casa… mi casa, mi ciudad, mi planeta ya no existían. Una punzada de tristeza me hizo parar.
Me costaba respirar con aquella capucha transparente. Me acordé de las clases de meditación y yoga que los bichos se empeñaban en darnos. Inhalar fuerte, exhalar lento, inhalar fuerte…
De repente la luna se puso y a lo lejos vimos el sol. Solo que no era el sol. Era lo que quedaba de nuestro planeta Tierra.
Inhalar, exhalar, inhalar…
Rompí a llorar. Sabía que no estaba permitido, pero la emoción de ver mi antigua vida en llamas me rompió por dentro.
Volvieron a empujar a los demás para que entrarán rápido. No querían más espectáculos.
A mí me dejaron a parte. No tendría plantas esa noche, sólo sesión doble de meditación.
Odiaba la meditación y el yoga. Odiaba aquel planeta y su comida podrida. Odiaba sus patas sobre mi piel. Odiaba los besos de aquellas lenguas triples.
Inhalar, exhalar, inhalar…
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Esto es todo por esta semana, la proxima semana mas.
Los cinco son buenos textos, apropiados e imaginativos.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, un abrazo.
EliminarMuchas gracias por tu opinión. Un saludo.
EliminarMuchas gracias por tu crítica.
EliminarMuy buenos, felicidades para todos vosotros.
ResponderEliminarSaludos, y a seguir en esa línea.
Se agradecen esos ánimos, es lo que intentamos, ir mejorando cada semana.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHola, muchas gracias.
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